La aridez de la meseta se vio acrecentada en su historia reciente por su uso como lugar de veranada del ganado lanar en busca de pasturas. De esta forma aunque hoy no es muy amigable con nosotros, muchos años atrás sí lo fue con los pueblos originarios que la usaron como su territorio de caza, además es muy importante para el ecosistema local ya que contiene especies únicas e irrepetibles, y la dureza del terreno la convierten en un espacio ideal para la conservación de agua, en ella se multiplican las pequeñas lagunas. En algunas de esas lagunas vive precisamente el macá tobiano, similar a un pato, muy famoso y hoy día ya un emblema del conservacionismo en la provincia porque está en peligro de extinción y porque fue una de las especies que, procurando resguardarla, dio motivo a la creación del parque.
Esto último es de reciente data: fines de 2015. Uno de los actores destacados en el origen del Parque Nacional Patagonia es la Fundación Flora y Fauna, desprendimiento de la Conservation Land Trust del fallecido filántropo y ambientalista Douglas Tompkins.
Precisamente, propiedad de Flora y Fauna es la Estancia la Ascención, cuyo casco da al Lago Buenos Aires y es de donde partimos con destino a la meseta. De unas 20 mil hectáreas la fundación la compró con fines de preservar y regenerar el ambiente natural del lugar para que en un futuro cercano sea incorporada al Parque Nacional.
Aquí los guanacos son los dueños del lugar, curiosos, observadores, miran, siguen, vuelven a mirar. Entonces una de las primeras acciones de la fundación fue y es sacar los alambrados en los campos, para que vuelvan los grandes animales como los guanacos y los choiques, y con ellos sus predadores. La cuestión literalmente es de vida o muerte, caminando por los campos se suelen ver guanacos muertos colgando enredados de los alambrados que aún quedan. La estancia es ideal para tomarla como base de los trekkings, pero también para obtener información de la zona a través de integrantes de la fundación, y también para conocer las particularidades de una típica estancia patagónica. Aunque ya no funciona como estancia ganadera, se han conservado las piletas de lavado de ovejas y los galpones de esquila. También hay un pequeño centro de interpretación con fotos, y la posibilidad de hacer un mini trekking por un sendero que conduce a la playa del lago Buenos Aires. Entonces a partir de la creación del Parque Nacional, que toma parte de la meseta, comenzaron a incentivarse los circuitos a esta zona muy poco conocida de la Patagonia. De allí partimos en 4×4 en un ascenso entre rocas y mallines, hasta que la barda de la meseta nos obligó a bajarnos de la camioneta y a caminar. Ahora, aquí arriba, rodeados de los penachos de coirones, de verdes neneos -o colchón de suegra por lo pinchudos- y el olor alimonado de la senecia vagamos en busca de aventuras en la que tendremos la posibilidad encontrar petroglifos y puntas de flechas antiquísimas, y también al macá tobiano cuyo extraordinario y ampuloso cortejo de apareamiento se hizo viral en las redes sociales.
Descrubrí el circuito Parque Patagonia En tu recorrido por la Ruta 40 te recomendamos que planees una parada en Perito Moreno, Santa Cruz, y a partir de allí descubrí este circuito binacional de 500 km y su amplia variedad de paisajes y atractivos. Es que el Circuito Parque Patagonia reúne dos parques naturales en la …
Sobre la tierra de esa estepa patagónica, el horizonte es infinito. Todo es naturaleza y no se ve rastro alguno de civilización, ni antigua ni de ningún modo imaginado. Tampoco se escuchan ruidos, solo retumba el sonido del viento y, cuando este cesa, solo se oye quizá el cantar de algún pájaro. Llegar a …
A 1.700 metros de altura, en la planicie de la meseta del lago Buenos Aires, en la provincia de Santa Cruz, el cielo se toca con las manos y el viento puede arrasar los cuerpos con fuerza violenta. Desde el fin del Pleistoceno, el hombre transita por esta geografía imponente y deja sus marcas. Aún …
En 2008, Juan Carlos Chebez escribía en las “Reflexiones en voz baja” de su gran obra Los que se van: “Bonito y perdido en las lagunas barridas por el viento, el macá tobiano sigue enfrentando su destino como siempre, en soledad”. Y desde esas páginas convocaba a naturalistas, biólogos y administradores de recursos para que …
La invención de la Inmensidad
La aridez de la meseta se vio acrecentada en su historia reciente por su uso como lugar de veranada del ganado lanar en busca de pasturas. De esta forma aunque hoy no es muy amigable con nosotros, muchos años atrás sí lo fue con los pueblos originarios que la usaron como su territorio de caza, además es muy importante para el ecosistema local ya que contiene especies únicas e irrepetibles, y la dureza del terreno la convierten en un espacio ideal para la conservación de agua, en ella se multiplican las pequeñas lagunas. En algunas de esas lagunas vive precisamente el macá tobiano, similar a un pato, muy famoso y hoy día ya un emblema del conservacionismo en la provincia porque está en peligro de extinción y porque fue una de las especies que, procurando resguardarla, dio motivo a la creación del parque.
Esto último es de reciente data: fines de 2015. Uno de los actores destacados en el origen del Parque Nacional Patagonia es la Fundación Flora y Fauna, desprendimiento de la Conservation Land Trust del fallecido filántropo y ambientalista Douglas Tompkins.
Precisamente, propiedad de Flora y Fauna es la Estancia la Ascención, cuyo casco da al Lago Buenos Aires y es de donde partimos con destino a la meseta. De unas 20 mil hectáreas la fundación la compró con fines de preservar y regenerar el ambiente natural del lugar para que en un futuro cercano sea incorporada al Parque Nacional.
Aquí los guanacos son los dueños del lugar, curiosos, observadores, miran, siguen, vuelven a mirar. Entonces una de las primeras acciones de la fundación fue y es sacar los alambrados en los campos, para que vuelvan los grandes animales como los guanacos y los choiques, y con ellos sus predadores. La cuestión literalmente es de vida o muerte, caminando por los campos se suelen ver guanacos muertos colgando enredados de los alambrados que aún quedan. La estancia es ideal para tomarla como base de los trekkings, pero también para obtener información de la zona a través de integrantes de la fundación, y también para conocer las particularidades de una típica estancia patagónica. Aunque ya no funciona como estancia ganadera, se han conservado las piletas de lavado de ovejas y los galpones de esquila. También hay un pequeño centro de interpretación con fotos, y la posibilidad de hacer un mini trekking por un sendero que conduce a la playa del lago Buenos Aires. Entonces a partir de la creación del Parque Nacional, que toma parte de la meseta, comenzaron a incentivarse los circuitos a esta zona muy poco conocida de la Patagonia. De allí partimos en 4×4 en un ascenso entre rocas y mallines, hasta que la barda de la meseta nos obligó a bajarnos de la camioneta y a caminar. Ahora, aquí arriba, rodeados de los penachos de coirones, de verdes neneos -o colchón de suegra por lo pinchudos- y el olor alimonado de la senecia vagamos en busca de aventuras en la que tendremos la posibilidad encontrar petroglifos y puntas de flechas antiquísimas, y también al macá tobiano cuyo extraordinario y ampuloso cortejo de apareamiento se hizo viral en las redes sociales.
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